La Paz, 14 de octubre de 2025.- Una violenta revuelta sacudió la noche del 6 de septiembre el Centro de Orientación Femenina de Obrajes, en la zona Sur de La Paz. Gritos, amenazas, incendio e incluso un intento de suicidio marcaron una jornada de caos que comenzó durante el llamado de lista, cerca de las 22:00, cuando las custodias escucharon disturbios provenientes del segundo piso de los dormitorios.

Al ingresar al lugar, las policías descubrieron una escena estremecedora: tres internas agredían brutalmente a sus compañeras, una de ellas estaba siendo asfixiada con una almohada y otras presentaban heridas causadas con vidrios rotos y objetos punzocortantes. Según informes policiales, las agresoras actuaron bajo los efectos de sustancias controladas, lo que agravó la situación y provocó pánico entre las demás privadas de libertad.

El director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, informó que las tres reclusas fueron trasladadas a otros recintos del país, mientras se reforzó la seguridad del penal con 20 efectivos adicionales. “Se afectó la seguridad de sectores vulnerables, como niños y adultos mayores que conviven en el centro”, explicó la autoridad, lamentando el ingreso de objetos y sustancias prohibidas a las cárceles del país.

La población penitenciaria manifestó su rechazo a seguir conviviendo con las internas involucradas, mientras que las autoridades evalúan nuevos traslados para restablecer el orden. La noche de terror en Obrajes reaviva el debate sobre la seguridad y el control en los centros penitenciarios femeninos de Bolivia.